JANO.es · 29 August 2008 12:17
Un informe de una comisión independiente de la OMS muestra las desigualdades en
salud y reclama una cobertura sanitaria universal en todos los países
En el mundo siguen existiendo grandes desigualdades en salud y expectativa de vida, tal
como muestra el informe de una comisión independiente de la Organización Mundial de
la Salud que reclama a todos los países ofrecer una cobertura sanitaria universal.
Las diferencias son a veces extremas. Así, una niña que nazca en Lesotho
probablemente viva 42 años menos que la que nazca en Japón. La probabilidad de que
una mujer fallezca durante el embarazo o el parto en Suecia son de una por cada 17.400,
mientras que en Afganistán es de una por cada 8.
El documento muestra incluso enormes discrepancias dentro de cada país. Un niño que
nazca en Calton, un subirbio pobre de Glasgow, posiblemente vivirá 28 años menos que
otro que nazca en Lenzie, sólo a 13 kilómetros de distancia.
El informe resalta que la biología no explica por si sola esas diferencias, y las cifras
presentadas son consecuencia principalmente del entorno social en que las personas
nacen, viven, crecen, trabajan y envejecen.
El grupo de expertos autor del documento, titulado “Subsanar las desigualdades en una
generación: Alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre los determinantes sociales de
la salud”, ha pasado tres años investigando los “determinantes sociales de la salud”
responsables de esas diferencias.
Citan que “la nefasta combinación de políticas y arreglos económicos y una mala
gestión política es responsable en gran medida de que la mayoría de la población del
mundo no goce del grado de buena salud que sería biológicamente posible”.
Por su parte, la directora general de la OMS, Margaret Chan, ha declarado que “la
desigualdad sanitaria es realmente una cuestión de vida o muerte”. Añade que es
necesario un liderazgo sin precedentes que obligue a todos los actores, incluso los
ajenos al sector sanitario, a examinar sus repercusiones en salud, ya que los sistemas
sanitarios no van a tender espontáneamente hacia la equidad. En este contexto, según la
Dra. Chan, “la atención primaria de salud, que integra la salud en todas las políticas
gubernamentales, es el marco idóneo para ello”.
Según el informe, la riqueza no es necesariamente un determinante social de la salud, ya
que por sí solo no necesariamente mejora la situación sanitaria de un país. “Si los
beneficios no se distribuyen equitativamente, el crecimiento nacional puede incluso
agravar las inequidades”, señalan los expertos, y añaden que “en años recientes, la
riqueza, la tecnología y el nivel de vida han aumentado enormemente a escala mundial,
pero la cuestión neurálgica es de qué modo ese aumento se utiliza para distribuir con
justicia los servicios y el desarrollo institucional, especialmente en los países de
ingresos bajos”.
En este contexto, la Comisión formula tres recomendaciones generales para afrontar
“los devastadores efectos de la inequidad de las oportunidades de vida”:
-Mejorar las condiciones de vida cotidianas, en particular las condiciones en que las
personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen. -Luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos -los factores
estructurales de aquellas condiciones- a escala mundial, nacional y local.
-Y medir y entender el problema, y evaluar el impacto de las intervenciones.
PREGUNTAS PARA EL DEBATE:
1. ¿Pueden ser consideradas las desigualdades en salud un problema bioético?
2. ¿Que principios bioéticos serían los conflictivos?, ¿Por qué?
3. Cuál es el nivel de atención desde el que se puede hacer efectivo mejor esta
distribución de recursos básicos
4. ¿Qué opinas de esta dimensión de la bioética en contraposición con el rol cásico de la
ética médica?
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